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Alimentación consciente en la infancia y la adultez

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La alimentación consciente es un pilar fundamental en los buenos hábitos alimentarios y en el mantenimiento de un peso saludable, de adultos, y por supuesto, en la infancia. Cuando somos adultos debemos trabajar duro para romper hábitos adquiridos a lo largo de los años, condicionamientos que se desarrollan en nosotros a través del entorno. Y cuando somos niños necesitamos educar en alimentación consciente para evitar en un futuro tener los problemas alimentarios que hoy en día se presentan (hambre emocional, descontrol de las cantidades y un largo ect)

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¿Qué es la alimentación consciente?

La alimentación consciente es lo que hoy se conoce como mindfulness-eating. Puede ser que hayas escuchado la palabra mindfulness en algún lugar, es un concepto que se ha puesto muy de moda debido a una necesidad de la sociedad por vivir el momento.

La sociedad actual vive ocupada en muchos frentes, como el trabajo, los familiares, que hay que hacer deporte, que hay que cuidarse, y leer es muy bueno,… y nos metemos en un círculo vicioso que no nos deja disfrutar del momento. Y eso es lo que ocurre también con la alimentación.

Vivimos tan preocupados de tantas cosas de nuestro entorno, que no percibimos que nos dice nuestro cuerpo. A través de la alimentación consciente tratamos de prestar atención, de forma deliberada, a lo que ocurre en nuestro interior y en el entorno, justo en ese momento. Se trata de ser conscientes sin juzgar ni criticar todo lo que hacemos (nos olvidamos del ‘’no debería de haberme comido ese helado’’, ‘’debería hacer más deporte’’ etc). Simplemente tratamos de observar las sensaciones, pensamientos y emociones que nos surgen.

A través de la alimentación consciente tratamos de volver a disfrutar del comer y beber en su forma más simple, de saborear los alimentos y bebidas cómo realmente son. Parece simple, sin embargo, con el paso de los años hemos perdido la noción de cómo hacerlo.

Beneficios de tener una relación saludable  con la comida:

  • Te sientes feliz cuando no estas comiendo.
  • Tienes más vida a parte de la comida, tu mundo no gira alrededor de esta.
  • No comes si no tienes hambre.
  • Dejas de comer cunado te sientes satisfecho (no lleno).
  • Puedes dejar comida en el plato sin remordimiento.
  • Hay intervalos de varias horas sin pensar en comida entre cada ingesta.
  • Disfrutas consumiendo muchos tipos de alimentos.
  • Mantienes un peso saludable y que se mantiene entre 3-4 kilos.
  • No necesitas pesarte más que una vez cada tantos meses o años.
  • No te obsesionas con la comida, ni contando calorías, para poder decidir si puedes ‘’permitirte’’ comer algo.

Como ves los beneficios que nos aporta la atención plena son de gran importancia para la pérdida de peso o el mantenimiento de un peso saludable, además de para tener una buena salud física y mental.

Cuando con el paso de los años, dejamos de tener una relación armónica con la comida, y esta se desajusta en el tiempo, es muy fácil olvidarse de lo que es comer ‘’normal’’. Sin embargo, es algo que se puede recuperar, aunque para ello hace falta práctica. La atención plena es algo práctico; por mucho que te diga lo bueno que es comer de forma consciente, si no comienzas a practicarlo y ves tu mismo/a los efectos que tiene, nunca comenzarás a sentirte bien contigo mismo/a y con la comida.

¿Qué ocurre para que nuestra alimentación consciente desaparezca con el paso de los años?

Cuando somos bebes o niños muy pequeños somos comedores intuitivos, es decir, escuchamos completamente lo que nos dice nuestro cuerpo sobre qué y cuánto comer. Somos capaces de decidir qué comer y en qué cantidad lo necesitamos. Sin embargo, conforme vamos creciendo, la comida comienza a tener otros significados; ya no sirve solo para alimentarnos, sirve para calmar, para distraerse, para insensibilizar, entretener, seducir, recompensar, e incluso, castigar.

Cuando a un niño muy activo le damos una bolsa de gusanitos para que se esté sentado y tranquilo, le estamos condicionando a que utilice la comida, posiblemente con preferencia a lo salado, para calmarse. Cuando premiamos una conducta, por ejemplo, si ha sacado buenas notas, con un alimento, por ejemplo un helado. De adulto, posiblemente recurra al helado, cada vez que quiera recompensarse por algo.

Por esto en tan importante educar en alimentación consciente desde la infancia. Eso hará que de adultos no tengan problemas alimentarios, de salud, ni trastornos de la conducta alimentaria. Además el trabajo con niños es muy sencillo, ya que como he comentado anteriormente, son comedores innatos, y simplemente debemos guiarles para que sigan por ese camino. Eso sí, para ello debemos cambiar nosotros, ya que seremos su guía para el futuro.

¿Cómo trabajamos la alimentación consciente?

Para llegar a la conciencia plena se debe practicar la alimentación consciente de forma diaria, para que así, forme parte de nosotros, como si fuere una ‘’rutina’’ pero consciente.

Es bueno empezar despacio, dedicar unos pocos minutos al principio, porque suele ser difícil tomar consciencia de todo lo que nos dice el cuerpo desde el inicio. Poco a poco podremos realizar el acto de comer atentos con más rapidez. Hasta llegar al momento que lo podremos hacer incluso en una salida con amigos y que estos no se den ni cuenta.

Para comenzar debemos de escuchar las necesidades de nuestro cuerpo y detectar de qué tenemos hambre. Sí, sí, de qué tenemos hambre. Podemos tener hambre porque llevamos 2 días sin comer o porque tenemos ansiedad o estrés. Debemos de saber qué tipo de hambre nos habla.

Tenemos siete tipos de hambre: visual, olfatorio, bucal, estomacal, celular, mental y de corazón; y debemos cubrir las necesidades de cada uno de ellos. Una vez cubiertas esas necesidades, debemos poner en conciencia en cómo son nuestros hábitos alimentarios, ¿comemos demasiado rápido? ¿Tragamos la comida sin masticar? ¿Comemos de pie o trabajando? ¿Hay alguna emoción que nos mueve a comer? ¿Tenemos miedo a sentirnos vacíos? ¿Por qué?

Si somos capaces poco a poco a comprender qué nos pide realmente el cuerpo seremos capaces de volver a ese comedor innato que éramos de niños. Si quieres saber más sobre alimentación consciente no dudes en escribirme, responderé todas las dudas que tengas.

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