El sobrepeso y la obesidad infantil constituyen un problema de salud a nivel mundial. Desde hace décadas está aumentando la presencia, la accesibilidad y la publicidad de alimentos no saludables, influyendo así en la aparición y mantenimiento de malos hábitos de alimentación.
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El deber de proteger la infancia.
En el caso de niños y adolescentes es especialmente transcendente, pues constituyen una población vulnerable al desarrollar gran parte de sus hábitos alimentarios durante esta etapa, condicionando así sus hábitos futuros.
La publicidad está presente en nuestro día a día. El debate comienza cuando aquello que se publicita se considera inadecuado para el bien común o individual.
Estrategias publicitarias
Existe una gran variedad de estrategias publicitarias.
Los reclamos de tipo emocional pueden estar relacionados con la diversión, la felicidad, el triunfo, la aceptación social, el atractivo físico, etc. Además, estos reclamos están más presentes cuanto más bajo es el valor nutricional del alimento publicitario.
La televisión es el lugar donde los niños tienen mayor contacto con los anuncios sobre alimentos, pudiendo llegar a ver una media de 18,8 anuncios diarios de comida y bebida, siendo casi dos tercios productos no saludables.
Se ha comprobado como niños y adolescentes aún no tienen la capacidad de inhibir las respuestas inducidas por estímulos o imágenes relacionadas con la comida, sobre todo si tienen sobrepeso.
Dentro de las revisiones que analizan la exposición a publicidad sobre comida poco saludable y su ingesta en niños y adolescentes, se ha demostrado que estos consumen más calorías cuando están expuestos a dicha publicidad, además de preferir los alimentos y bebidas anunciados; siendo este efecto mayor en niños con sobrepeso y obesidad.
¿Quién y cómo se regula la publicidad?
El número de países que regulan la publicidad alimentaria dirigida a niños y adolescentes es escaso y en la mayoría de los casos la restricción se centra solo en la televisión, durante los programas infantiles, sin tener en cuenta que los niños utilizan cada día más plataformas online (YouTube, redes sociales).
En 2005 la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) creó el ‘’Código de autorregulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a menores, prevención de la obesidad y salud’’ firmado también por las empresas de publicidad alimentaria, destinado a limitar la exposición de los niños a los alimentos y bebidas de alto contenido en grasa, azúcares y sal.
Este código se conoce como código PAOS.
Código PAOS
El código PAOS establece un conjunto de reglas éticas que guían a las compañías al desarrollo, ejecución y difusión de sus mensajes de publicidad de alimentos y bebidas dirigidos a menores para evitar una excesiva presión publicitaria sobre ellos.
En 2009 este código se reforzó mediante un acuerdo de colaboración con los operadores de televisión. Con este Acuerdo la televisión se comprometió a emitir los anuncios solamente en franjas en las que se proteja la infancia.
En 2012 se impuso una Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, donde en los artículos 45 y 46 obliga a promover acuerdos de corregulación y códigos de conducta para regular la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños y jóvenes de 15 años, con el fin de prevenir la obesidad y promover hábitos saludables.
Conforme se ha evaluado este código se ha llegado a la conclusión de que las empresas tienen unos mecanismos de autorregulación muy pocos eficaces. De hecho, el perfil nutricional de los anuncios empeoró desde 2013 hasta 2018.
Sin embargo, a pesar de los ejemplos de las políticas restrictivas que han fracasado, también encontramos políticas que tienen un efecto directo en la reducción de la cantidad de anuncios y sus ventas.
Por suerte, este año, ya tenemos en España una propuesta para regular la publicidad de alimentos y bebidas con alto contenido en sodio, azúcares, grasas y ácidos grasos saturados, dirigidos a menores de edad a través de un Real Decreto. Este Real Decreto se encuentra en revisión por las organizaciones competentes.
De esta manera tenemos la oportunidad para liderar en la promoción de los derechos de niños, niñas y adolescentes reduciendo así el exceso de peso en los próximos años.
¿Por qué es importante regular la publicidad de alimentos no saludables dirigidas a niños y adolescentes en todos los medios?
Si aún no tienes clara la importancia de este tipo de actuaciones déjame resumirte lo que ya he comentado en los siguientes puntos:
- La mayoría de los productos alimenticios para niños, niñas y adolescentes tienen un exceso de calorías, azúcares añadidos, grasas saturadas y trans y sodio, teniendo además una mala densidad nutricional. Es decir, muchas calorías y pocos nutrientes de calidad.
- Esta publicidad puede influir en diversos ámbitos como en su conocimiento, preferencias y hábitos de compra, teniendo consecuencias de por vida.
- Los niños son especialmente vulnerables a la publicidad.
- La infancia nunca había estado tan expuesta a esa publicidad como ahora, estando expuestos ya no solo en la televisión, sino también en el colegio, los puntos de venta, los medios de transporte, los medios digitales y otros entornos.
- Además, la industria alimentaria multiplica y refuerza sus mensajes con diversas estrategias.
Entre las barreras que dificultan a las familias para hacer elecciones de alimentos más saludables no solo está la publicidad de alimentos no adecuados, ya que esto es solo una parte del ambiente ‘’obesogénico’’ existente en nuestro día a día. La educación alimentaria es clave en la mejora de hábitos saludables de todos, y como no de los más pequeños.
Con ayuda de un gobierno competente que se comprometa por los derechos de la infancia y con actuaciones desde casa podremos revertir esta tendencia que se dirige hacia el exceso de peso y una población enferma de enfermedades metabólicas crónicas, para conseguir una sociedad sana y fuerte.